Igualdad en los Estados Unidos

Legalmente, las mujeres de los Estados Unidos tienen un montón de derechos humanos - tal vez, mas que las del resto del mundo. Podemos votar como un hombre, como mencioné en el primer artículo. Si queremos trabajar, la EEOC (Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo) asegura que el empresario no puede denegarnos por razones de sexo. Podemos pedir asistencia, tratamiento, o atención médico cuando sea, sin permiso del marido. Podemos comprar un carro, financiar una hipoteca, o tomar un avión a otro país sin permiso del marido. Parece bien, ¿no?

Con estas libertades, ¿quién diría que las mujeres no son iguales a los hombres?

1. Jessie - mi hermana mayor

Ella tiene 24 años, y vive en PA con su hijo, Damien, y su mamá. Damien no tiene papá. Solo tiene 2 años, pero sabe bien que no hay papá en su vida. Y porque mi hermana vive en una vecindad pequeño, todos lo saben. Ella pasó casi 2 años tratando de conseguir un trabajo desde que quedó embarazada. Cada entrevista terminó con lo mismo; ella era mamá soltera, y por eso no tendría bastante tiempo para trabajar tan duro como los hombres, ni siquieras las mujeres casadas, o sin hijos.

2. Becky - mi hermana menor

Ella ha jugado a deportes por casi 5 años, y solo tiene 11 años. Hoydía juega a softbol por el equipo de su vecindad. En los deportes para niños, el beisbol se ofrece a ambos sexos. Por lo tanto, los niños juegan con las niñas, y viceversa. Mi hermanita, que es muy talentosa, tenía que sentarse al lado, muchas veces sin jugar, mientras los muchachos perdían el juego. Nadie reconoció su talento hasta que entró en softbol y podía jugar a lo máximo. Con las muchachas, es una estrella de deportes, pero antes (cuando jugaba con los niños) no era nada. Lo que me encanta sobre ella es que nunca aceptaba eso - siempre mostraba su fuerza al mundo.

¿Qué puedo yo entender de mis hermanas? Sé que a mi, no me molestan mucho las condiciones en que vivimos. Es un poco de gratitud, supongo, porque sé que tengo todo en comparación con otras personas, otras naciones. Me doy cuenta de que no hay un equilibrio entre los sexos. Sin embargo, nosotras en los Estados Unidos no debemos preocuparnos tanto; se necesita la atención en otros países. La presión que sentimos no es porque no tenemos derechos humanos. Es la presión social y económica que nos impide. Requeriría un cambio drástico de actitud para comenzar a cambiar esa tipo de situación - pero si no la hemos cambiado todavía, y estamos viviendo con ropa, comida, amor y refugio, ¿qué más pedimos? La igualdad no existe en ninguna forma fuera de las matemáticas; ni de raza, ni de género, ni de edad. ¡Esas cosas nos caracterizan!